CASO DE ÉXITO

Cristofer Elgueta y Rodrigo Illanes fundadores de UYC Consulting
Cristofer Elgueta y Rodrigo Illanes fundadores de UYC Consulting

Cristofer Elgueta y Rodrigo Illanes

UYC Consulting: Su estrategia para mantener a más de 300 clientes al mes

US$ 790.000 al año

US$ 790.000 al año

Las lecciones más importantes

🤹 Multiplícate: Al inicio, los fundadores deben estar dispuestos a asumir múltiples roles y responsabilidades. Desde el papel 🧻 al Estado de Resultados 📈!

🤝 Cercanía con el cliente: Conoce bien y a tu cliente, sus dolores y cómo agregar valor. Estos un fundamental para diferenciarte y crecer.

💪 Trabajo en equipo: Si tu y tu socio(a) son iguales va a costar mucho aportar cosas distintas. Tener habilidades complementarias es una de las claves para el éxito.

📈 Evolución constante: Ampliar y diversificar servicios ayuda a captar más clientes y crecer rápidamente.

🛠️ Soluciones prácticas: Entender y solucionar problemas en terreno proporciona un conocimiento profundo y práctico.

UYC Consulting

UYC Consulting es una empresa de servicios contables y tributarios fundada en 2014 por Cristofer Elgueta y Rodrigo Illanes. Se destaca por su enfoque cercano y personalizado con los clientes, actuando como socios estratégicos. Ha tenido un rápido crecimiento, atendiendo actualmente a más de 300 empresas en distintas áreas.

País

Chile

Fecha de Inicio

1 de marzo de 2014

Links

Tiempo estimado de lectura: 10 minutos

La historia de

UYC Consulting

¿Quién está detrás de UYC Consulting?

Somos Cristofer Elgueta y Rodrigo Illanes, socios de UYC Consulting. Inicialmente nos llamábamos CEIR consultores pero nos asociamos con una oficina de abogados, Ulloa y Compañía, entonces quedó Ulloa y CEIR, y así se formó el nombre UYC.

Rodrigo: Ambos estudiamos en la Universidad Andrés Bello, nos titulamos juntos como contadores auditores. Cristofer hizo casi toda su carrera previa en el área tributaria y contable de Thompson Reuters, mientras que yo trabajé en varios lugares como Deloitte, Crowe Horwath y Maco antes de llegar también a Thompson Reuters, donde nos reencontramos y surgió la idea de armar algo juntos.

Cristofer: En la universidad no nos conocíamos mucho, éramos de grupos distintos. Rodrigo llegaba con polera de fútbol de Colo-Colo, como si viniera del estadio, pero era uno de los más brillantes de la clase. Al contrario, yo no era buen estudiante, me sentaba al final porque se sentía la presión de no saber mucho. La verdad es que llegué por error, siempre quise ser músico.

Nuestra relación no era tan cercana hasta que nos reencontramos en Thompson Reuters. Ahí nos dimos cuenta que pensábamos parecido y queríamos lo mismo, nos unía querer cambiar la historia de nuestras familias, porque veníamos de una situación bastante precaria. Vivíamos en lugares estigmatizados al ser poblaciones de bajos recursos… yo iba a ver a Rodrigo y me daba miedo entrar a su barrio, era un lugar muy peligroso.

Eso nos motivó a demostrar que por vivir en cierto lugar no significa que no puedas tener un futuro distinto. Pusimos nuestra pasión, tiempo y ganas y la determinación fue clave, por que nos creíamos el cuento de que podíamos ser grandes, siendo que éramos dos personas prestando servicios como si fuéramos una gran consultora.

Teníamos cuentas de correos con varios roles pero éramos nosotros mismos! El cliente pensaba que había un gran equipo detrás cuando en realidad éramos sólo nosotros dos, que después del trabajo nos quedábamos a dormir en la oficina para terminar nuestras entregas.

No nos costó porque estábamos en la misma sintonía, teníamos un objetivo común y eso generó una sinergia importante. Ahí partió este sociedad que tenemos hasta hoy.

graduación contador rodrigo y Cristofer

¿Qué es UYC Consulting y cómo se les ocurrió la idea?

Siempre tuvimos la intención de emprender y tener nuestro propio negocio. Antes de crear formalmente UYC Consulting, queríamos invertir en algo y vimos un terreno en Valparaíso que nos gustó, así que decidimos comprarlo con la idea de construir ahí una casa en la playa. Pero para poder pagarlo, teníamos que generar ingresos. Ahí fue cuando decidimos armar la empresa, aprovechando que Cristofer ya tenía algunos clientes con su trabajo anterior.

Nos juntamos en un café y empezamos a buscar posibles nombres, mezclando letras, hasta que llegamos a CEIR Consultores. Y así en marzo de 2014 le dimos inicio a este proyecto, que en un comienzo tenía como objetivo principal juntar el dinero para hacer la casa en la playa.

El primer año nos enfocamos 100% en hacer crecer el negocio. Ampliamos la propuesta de servicios que ofrecíamos a los clientes, desde cosas básicas de contabilidad hasta temas de control de inventario y stock. Eso significó que muchas veces tuviéramos que hacer de todo nosotros mismos. Nos tocó ir a desarmadurías a etiquetar ruedas y llantas, armar estructuras y un montón de cosas que como dueños no se nos habría pasado por la cabeza hacer.

Pero esa experiencia, sin darnos cuenta, nos permitió entender muy bien en la práctica cómo funcionaban las cosas, los problemas que podían surgir, cómo organizar mejor cada proceso. Toda esa experiencia que ganamos en terreno fue clave después.

Nosotros en ese tiempo estábamos 100% enfocados en construir la casa en la playa, era nuestra prioridad. Menos de un año después, la casa estaba lista y recién ahí nos dimos cuenta que sin buscarlo, habíamos armado una tremenda empresa con muchísimo potencial de crecimiento. Así que ahí le tomamos el peso, decidimos empezar a contratar gente, arrendamos una oficina y nos enfocamos 100% en seguir haciendo crecer la consultora.

La casa en la playa, que le decíamos "la escuela" o "el arca", terminó siendo casi como una metáfora de lo grande que se había vuelto la empresa sin que nosotros nos diéramos ni cuenta, porque nunca fue ese el foco inicial.

Nuestro lema durante este periodo siempre fue "se dijo y se hizo". Si se nos ocurría algo y nos convencía los ejecutábamos rápido sin pensarlo demasiado, eso nos permitió crecer de forma muy rápida el proyecto.

casa christofer

¿Cómo armaron lo que tienen hoy?

Armamos lo que tenemos hoy en base a la experiencia que adquirimos en nuestros trabajos anteriores. Cristofer tenía habilidades de liderazgo y organización desde joven, y Rodrigo tuvo experiencia operativa en varios trabajos, en auditoría financiera, tributaria, contabilidad, tesorería. Eso nos permitió dividir roles y organizarnos bien para la partida.

Nos presentábamos muy bien ante los clientes y lográbamos buenos resultados, porque teníamos la parte comunicacional y la parte especialista y ejecutora que entregábamos cada unos de los socios. A veces teníamos que improvisar y prometer cosas que no teníamos resueltas en ese momento, pero con la capacidad técnica que teníamos, sí lográbamos finalmente llegar al resultado que esperábamos.

El resultado que entregábamos era bueno, resolvíamos los problemas contables que el cliente tenía, los dejábamos muy ordenados para enfrentar el año. Eso generó un boca a boca con más clientes porque les gustaba lo bien que hacíamos el trabajo.

Detrás de todos estos entregables, estábamos Rodrigo y yo, nos quedábamos noches enteras buscando soluciones creativas, porque en temas contables y tributarios hay que innovar antes de llegar al procedimiento establecido.

Nuestra forma de trabajo era simple pero efectiva: Muchas empresas tenían malas experiencias con contadores anteriores, ya que eran poco prolijos, ocultaban información y dejaban mucho "debajo de la alfombra" lo que finalmente le explotaba al cliente cuando tenía que responder ante el Servicio de impuestos internos (SII en Chile).

Entonces, en las reuniones presenciales, mientras uno de nosotros hablaba e indagaba sobre la empresa, el otro revisaba el sistema contable de la empresa en tiempo real, detectaba las fallas del contador anterior y se las mostrábamos al cliente en el momento, diciéndole que con nosotros eso no le iba a pasar. Esa técnica de respuesta inmediata funcionó bastante bien con varios clientes, ya que quedaban sorprendidos de que inmediatamente podíamos detectar un problema y su solución.

Después el boca a boca nos fue dando a conocer. Ofrecíamos algo distinto al ir a visitarlos semanal o mensualmente, algo que era nuevo para ellos ya que normalmente nunca veían al contador. Éramos un socio estratégico cercano, que no solo veían una vez al año.

Eso era muy valorado, les resolvíamos dudas al instante, los controlábamos, los hacía sentir como una empresa más sólida al tener un equipo atrás apoyándolos.

Los resultados concretos eran que no los llamaran del Servicio de Impuestos Internos por algún problema o algo mal hecho, que sus declaraciones de impuesto salieran sin observaciones o se resolvieran rápido, que les devolvieran impuestos y que usáramos todos los beneficios legales para que no paguen de más.
Estábamos pendientes de todo, así que se sentían tranquilos y resguardados, todo les salía bien con los bancos y el SII.

Aunque a veces es un poco intangible el trabajo de contabilidad y toma tiempo ver los resultados, por detrás se está haciendo que permite que la empresa trabaje con tranquilidad y se enfoque en su negocio.

Primera oficina de emprendedoresEmprendedor durmiendo cansado después del trabajo

¿Cómo consiguieron sus primeros clientes?

Nuestro primer cliente fue una desarmaduría, a quienes conocíamos de antes y les ofrecimos el servicio. Al principio les cobrábamos muy barato, US$ 60 al mes, porque sólo les hacíamos el formulario de impuestos.

Un día nos preguntamos: ¿cómo podemos hacer crecer a estos clientes siendo solo contadores? ¿Seremos capaces de orientarlos para que crezcan, aunque no sea nuestra especialidad?

Entonces estructuramos un plan: vamos a subirles el precio, pero a cambio les vamos a dar un mejor servicio. Pasamos de cobrarles US$ 60 a cobrar US $500 al mes.

Era un desafío gigante, teníamos 21 años y poca experiencia, ¿qué iba a pensar el cliente de que nosotros le dijéramos cómo hacer crecer su negocio que manejaba hace 20 años?

Armamos un plan de trabajo que partía por ordenar la empresa. Una de las primeras cosas fue hacer un inventario y etiquetar todo, porque a veces no encontraban los productos, no sabían a qué precio venderlos ni cuál era su costo. Vendían "al ojo", sin saber si tenían buen margen o no.

Entonces les dijimos: vamos a inventariar y etiquetar todo, y además les vamos a implementar un software ERP para que se integre el inventario con la facturación. Nosotros nos hicimos cargo de todo eso, realmente fuimos sus socios estratégicos. Fue mucho trabajo, se nos cayó hasta una llanta de neumático sobre en el único computador que teníamos 😂.

Al principio al cliente le dolía pagar ese monto mensual, pero ya al tercer o cuarto mes empezó a ver los resultados. Pudo contratar una asistente, ella podía ver el inventario en el sistema sin tener que preguntarle al dueño. Eso aceleró y aumentó las ventas, porque ya no se perdían llamadas.

Fue nuestro primer gran logro, algo que imaginamos pero que sinceramente no creímos que lograríamos. Y así partimos, haciéndolo con todos nuestros clientes. Eso generó un boca a boca tremendo, casi no hemos hecho publicidad, los clientes nos llegan por recomendaciones.

Esa ha sido nuestra forma de conseguir clientes, agregar valor donde sentimos que hay falencias y después gracias al boca a boca llegan nuevos contactos.

Sillón con papeles de impuestos

¿Cómo afrontaron las áreas donde no eran expertos?

Tuvimos que enfrentar áreas donde no éramos expertos, pero siempre con la actitud de "contigo aprendo". Siempre hay cosas específicas que uno no domina completamente, entonces íbamos estudiando y aprendiendo sobre la marcha cuando llegaban clientes con rubros distintos.

En temas de marketing, por ejemplo, hicimos nosotros mismos la página web en un inicio, sin asesorarnos porque no teníamos presupuesto. Tratábamos de cubrir casi todas las áreas nosotros mismos, de forma muy autodidacta, sin miedo a enfrentar lo que no sabíamos.

Cuando llegaban propuestas de servicio fuera de nuestra expertise, como auditorías financieras, igual les decíamos que sí. Éramos arriesgados, pero siempre preparándonos bien, dedicándole mucho tiempo hasta entender como resolver bien el problema. Teníamos todo nuestro tiempo destinado al negocio, esa fue una gran diferencia.

Capitalizábamos el conocimiento que íbamos adquiriendo. Teníamos que ser capaces de hacer todo, mostrar resultados, no podíamos sentirnos incompetentes. Al principio hacíamos todo: Éramos técnicos, hacíamos aseo, marketing, contestábamos teléfonos, todas las posiciones. Eramos nosotros dos y se veía como una empresa gigante por detrás.

Ya más establecidos derivamos cosas legales a abogados. Pero al inicio hasta veíamos temas en los computadores de los clientes, instalábamos impresoras, ampliando el giro sin ampliarlo formalmente. También al tener una relación más cercana con los clientes hasta hicimos de "psicólogo" y mediadores en discusiones entre socios. Aprendimos de todo en el camino.

Segunda oficina emprendedores

¿Necesitaron financiamiento para comenzar?

No necesitamos financiamiento para comenzar, porque lo único que necesitábamos era un computador. Eso se pagó en el primer mes, así que no hubo una gran inversión inicial. Como somos una empresa de servicio, no tuvimos un costo inicial alto más que nuestro tiempo.

Al principio, el costo de oportunidad fue no trabajar en otro lado donde hubiésemos tenido un mejor sueldo inmediato en vez de emprender. Pero ese fue el costo del financiamiento en términos de tiempo. Después ya no fue así.

¿Cómo va el negocio actualmente?

En términos porcentuales, al principio fuimos creciendo un 100% cada año, como una célula, porque el boca a boca generaba que se nos duplicara la facturación año tras año. Obviamente después va decantando, ya no es tan lineal y empieza a ser un poco más pausado el crecimiento.

En términos de clientes, hoy día atendemos alrededor de 150 empresas en la parte contable, unas 100 empresas más en la parte tributaria, otras 40 empresas en servicios de auditoría y revisión periódica, unas 10 empresas solo en remuneraciones, y unas 30 empresas internacionales de fuera de Chile. En total serían unas 330 empresas que son clientes nuestros. Y en época de declaración de impuestos eso se amplifica porque vemos también los impuestos personales, ahí llegamos fácil a unos 500 RUT (Documento identificación).

Partimos vendiendo US$ 15.000 en el primer año y tenemos proyecciones de US$ 790.000 para este año . Entonces se ve la curva de crecimiento rápido en estos 10 años de trayectoria desde 2014.

Muchas empresas nos han llegado diciendo que pensaban que no necesitaban contador, pero cuando los llamó el Servicio de Impuestos Internos se dieron cuenta que sí lo necesitaban. El SII tiene muchas cosas automatizadas, pero no están optimizadas al negocio específico de cada empresa. Entonces muchos caen en el error de creer que no necesitan un contador, pero cuando saltan las observaciones y fiscalizaciones, se dan cuenta que no era así.

Oficina moderna actual de emprendimiento

¿Qué desafío importante se encontraron en el camino y cómo lo solucionaron?

Uno de los principales desafíos que tuvimos fue durante la pandemia, cuando tuvimos que migrar rápidamente de un sistema contable local a uno en la nube. Esto era necesario porque al trabajar a distancia, necesitábamos tener la información al instante. No podíamos hacer esperar a nadie, ya que esto es de cumplimiento mensual. Si nos atrasábamos un mes, se armaba una bola de nieve.

Afortunadamente, logramos hacer este cambio sin mayores inconvenientes, principalmente con mucho orden y siento metódicos, pero sin duda fue un tremendo desafío.

Otro desafío constante es lograr que nuestro equipo se encante con el negocio y tenga la misma visión que nosotros como líderes, que se empoderen en entregar el mismo nivel de servicio que nosotros daríamos directamente. Nuestro servicio es esencialmente humano, por lo que necesitamos que las personas que trabajan con nosotros compartan ese espíritu para poder prestar el servicio que esperamos. Si no vamos todos de la mano, es muy difícil avanzar.

A medida que creces, es cada vez más difícil mantener esa cercanía con el cliente, ese trato de partner estratégico más que de una relación asimétrica cliente-empresa.

¿Qué le recomendarían a alguien que está partiendo su emprendimiento?

Creemos que lo más importante para alguien que está partiendo su emprendimiento es buscar un diferenciador por sobre la competencia. Siempre va a haber mucha competencia, pero uno tiene que ver cómo se distingue del resto para poder cobrar lo que uno quiere y hacer valer su servicio.

En nuestro caso, encontramos que el diferenciador era estar cerca del cliente, visitarlo. Eso marcó el por qué nos preferían a nosotros y querían trabajar con nuestra oficina contable en vez de otras. Por ahí va la cosa: buscar eso que te hace especial.

Por otra parte, pensamos que la determinación es clave, es el impulsor para cualquier cosa. Entender que no hay nada imposible ni adversidades cuando uno está determinado. Las condiciones del entorno o las posibilidades que uno tenga no son una excusa cuando hay determinación de por medio.

Eso sí, hay que ser responsable y prepararse, ir adquiriendo las herramientas necesarias para que esa determinación vaya funcionando en el tiempo. No sirve ser un caballo loco e irresponsable. Al contrario, la determinación es un arma poderosa que, si la enfocamos bien, nos puede cubrir ante cualquier desafío que tengamos por delante.

Vista de ciudad atardecer

¿Qué herramientas, servicios o software son indispensables para su día a día?

Para nosotros, en nuestro día a día, es indispensable contar con un buen sistema contable que cubra todas las necesidades. También buscamos herramientas que nos den conectividad con el cliente, que generen esa cercanía tan importante hoy en día, más allá de lo presencial. Es clave que la información fluya de manera rápida entre nosotros y los clientes, sin trabas.

Además, le sacamos mucho provecho a herramientas que vienen incluidas en paquetes básicos como el correo de Gmail o Microsoft. Hay varias muy útiles que a veces uno no se da ni cuenta que tiene disponibles. Nosotros usamos mucho las de Microsoft como Planner, Lists y Power Automate para automatizar algunos procesos. Son herramientas que nos suman porque nos ayudan a organizarnos, como los listados de tareas pendientes que se sincronizan en todos los dispositivos.

También permiten mantener la conexión con el equipo, ver comentarios y el avance en tiempo real. Lo bueno es que son fáciles de implementar y no tienen un costo adicional al paquete básico del correo. Así que las recomendamos porque son soluciones rápidas y accesibles.

¿Recomendarían algún libro, perfil de redes sociales o fuentes de inspiración para UYC Consulting?

Nosotros creemos que nuestros grandes inspiradores han sido nuestra familia, nuestro entorno, de donde surgimos y cómo avanzamos. Nuestros padres son los exitosos, lograron sacar de la nada todo lo que somos hoy en día. Somos la primera generación profesional de nuestras familias, y fueron nuestros padres los que nos levantaron y nos forjaron para poder hacer lo que hacemos hoy.

Nuestros padres son una muestra de valor, de superación, de responsabilidad, de inculcar valores que no se encuentran fácilmente en un libro o en la universidad. La determinación, el valor, la responsabilidad se tienen desde chico, tiene que ver con la forma en que nos disciplinaron. Cosas básicas pero importantes, como tener un orden, una estructura, cumplir con nuestras obligaciones antes de tener permiso para salir a jugar. Eso te ayuda a aterrizar y ver la vida de una forma distinta.

No nos complicamos en hacer muchas cosas al principio porque está adherido en esos valores que nos inculcaron estos grandes autores que estaban detrás, nuestros padres. Hay que echarle al hombro, hacer de todo, nadie nos regaló nada. Hay que encarar la vida con responsabilidad, valores, determinación, esfuerzo y dedicación. Son cosas que no se logran plasmar en un libro. La honestidad y ser genuino vienen directamente desde la raíz, y la raíz es la que manda en ese sentido

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