CASO DE ÉXITO
Paula Errázuriz, Candice Fischer y Sebastián Opazo
PsiConecta: Promoviendo la salud mental en toda Latinoamérica
Las lecciones más importantes
🤝 Colaboraciones estratégicas: Asociarse con empresas y voluntarios ha sido fundamental para el crecimiento de la fundación.
🌐 Impacto internacional: A pesar de enfocarse inicialmente en Chile, PsiConecta ha expandido su alcance a toda Latinoamérica y España. Si tu contenido es exportable, no te limites sólo a tu país.
🎯 Foco en tu misión: Mantenerse fiel a la misión de promover la salud mental los ayudó a superar desafíos y mantenerse motivado en momentos más complejos.
📊 Los números son tu brújula: Las métricas son una guía invaluable para orientar la estrategia de contenido, identificando qué funciona mejor y cómo se comporta tu público.
🧩 Diversificación de ingresos: Diversificar las fuentes de ingresos, como la venta de cursos y servicios a empresas, es crucial para la sostenibilidad de fundaciones como PsiConecta.
💬 Comunicación abierta: Mantener una comunicación honesta y abierta dentro del equipo es esencial para resolver conflictos y avanzar.
PsiConecta
PsiConecta es una fundación dedicada a promover la salud mental en Latinoamérica. Fundada por las psicólogas Paula Errázuriz y Candice Fischer, ofrece educación gratuita a través de su blog, atención psicológica a bajo costo, y formación especializada para profesionales. Su misión es hacer la salud mental más accesible para todos.
La historia de
PsiConecta
¿Quién está detrás de PsiConecta?
Somos tres personas las que estamos detrás del proyecto PsiConecta. Estamos las dos cofundadoras, Candice Fischer y yo, Paula Errázuriz. Las dos tenemos perfiles parecidos, somos psicólogas clínicas y nos hicimos amigas en un doctorado que hicimos en Estados Unidos. Volvimos a Chile el 2010 a trabajar como académicas de la Universidad Católica lo que nos permite tener otras actividades además de hacer clases, investigación y supervisar a terapeutas que están aprendiendo.
Sebastián Opazo, quien fue mi alumno en 2010, se unió al equipo como director ejecutivo. Con Candice, siempre hemos buscado formar y ofrecer oportunidades a alumnos motivados y apasionados.
El complemento de nuestras habilidades ha sido crucial para el proyecto. Candice y yo, siendo académicas, estamos constantemente enseñando, investigando y participando en medios de comunicación como figuras públicas en temas de salud mental. Por otro lado, la capacidad de Sebastián para manejar la tecnología es fundamental, ya que prácticamente todo lo que hacemos es virtual.
¿Qué es PsiConecta y cómo se les ocurrió la idea?
PsiConecta partió el 2019 justo en la mitad del estallido social en Chile. En ese momento, tanto Candice como yo estábamos muy preocupadas con todo lo que estaba pasando en el país. Había mucha incertidumbre, temor, y nos inquietaba especialmente cómo esto iba a afectar la salud mental de las personas, tanto a nivel social como a nivel individual.
Empezamos a conversar de qué podíamos hacer para aportar a la salud mental del país. Queríamos ver cómo podíamos contribuir, considerando que ambas teníamos una carga importante entre la universidad, pacientes, investigación y nuestras familias.
Decidimos partimos con algo bastante simple. Nos dimos cuenta que en nuestras redes sociales circulaba mucha información que podía ser útil para cuidar la salud mental, como por ejemplo cuentos sobre las emociones para que los niños pudieran reconocer lo que estaban sintiendo. Había bastante material dando vueltas, pero pasaban dos cosas: no había una curaduría, y además era difícil retener el material, uno lo veía pasar pero después se perdía.
Lo primero que hicimos, fue decir "¿por qué no hacemos un blog donde vayamos subiendo todos los recursos que encontremos que nos parezcan buenos?". Nuestro criterio era que fuera algo que enseñaríamos en la Universidad, que las ideas detrás del material estén basadas en evidencia, y si no hay evidencia en algún tema, que al menos sepamos que los que están detrás son realmente expertos.
Le propusimos esta idea a Sebastián Opazo y armamos nuestro primer blog, en el comedor de mi casa, hasta tarde en la noche y con programas gratis como Wix. Así fue la primera versión, muy simple, ni siquiera teníamos logo al principio.
Justo cuando estábamos en eso, vino la pandemia. Así que dijimos "OK el contenido del estallido social es menos relevante ahora, pero la pandemia también afecta muchísimo la salud mental". Entonces empezamos a agregar contenido enfocado en eso.
Y luego, viendo que nos estaba yendo bien, que la gente nos buscaba y agradecía la información, surgió la idea de que este blog se transformara en un sitio donde las personas pudieran buscar información de salud mental con fuentes confiables.
Toda las personas necesitan saber cómo estar bien, qué hacer cuando están ansiosos, cuando no pueden dormir... pero las redes sociales están llenas de gente dando consejos, algunos con conocimiento detrás y otros que ofrecen soluciones mágicas sin saber realmente de lo que hablan.
A través del tiempo se han ido sumando otras personas muy importantes al equipo: Stephanie Vaccarezza que coordina la investigación; Kitty Navea que nos apoya con los aspectos legales, venta de servicios y convenios; Tomás Jara en comunicaciones; Camila Rosselot y Valeria Fuentes a cargo de la clínica y un grupo de psicólogas que investigan y escriben en nuestro blog. Esto además de pasantes y otros voluntarios de todas las edades y diversas profesiones que aportan muchísimo a nuestro proyecto.
¿Cómo armaron lo que tienen hoy?
Hemos ido creciendo de una forma bastante orgánica, agregando cosas en la medida que se nos ocurren ideas, pero siempre buscando un equilibrio entre seguir avanzando y consolidar lo que ya tenemos.
El desafío más grande que hemos enfrentado en este proceso de crecimiento ha sido el aspecto legal y administrativo de crear una fundación. Definir los estatutos, empezar a vender servicios y tener inicio de actividades, armar la parte contable.
Estábamos bien desordenados en ese tema, y el año pasado contratamos una asesoría externa que nos ayudara a ordenarnos. Ahí contamos con la ayuda de Dalia Haymann, una experta en fundaciones, porque toda la normativa de las fundaciones es distinta a la de las empresas.
😎 Dalia Haymann es una consultora que ayuda a organizaciones sin fin de lucro a mejorar su gestión, formar alianzas, usar herramientas innovadoras y diversificar sus ingresos. También crea modelos y metodologías con impacto social y establece métricas para medir el desempeño.
Cuando partimos adaptamos los estatutos de otra fundación, pero después nos dimos cuenta de que legalmente había cosas que no podíamos hacer y tuvimos que modificarlos. Dahlia nos consiguió una abogada experta en fundaciones para hacer esto.
Aunque en ese momento no teníamos casi ingresos, seguir creciendo sin ordenar la parte legal y administrativa se convertiría en un problema serio.
En términos de como opera la fundación, tenemos tres focos principales, y cada uno de ellos ha requerido distintas formas de crecer y desarrollarse:
El primero es la educación en salud mental, que es como partió originalmente el proyecto. Incluye el blog que tenemos actualmente y un newsletter asociado en el que le va llegando nuevo material a las personas suscritas. Además, hemos realizado 3 campañas masivas de educación en salud mental con el Metro de Santiago, donde se muestran en todas las pantallas gigantes de los andenes. Para esas campañas hemos ido sumando a otras instituciones como la Universidad Católica, el centro de investigación MIDAP donde Candice y yo somos investigadoras, y también a CNN Chile con su programa Sanamente.
El segundo foco que desarrollamos el año pasado fue comenzar a atender pacientes directamente en psicoterapia. Esto surgió porque, a raíz de nuestro trabajo en educación en salud mental, muchas personas nos empezaron a escribir pidiéndonos apoyo. Y si bien nosotros podíamos orientarlos sobre dónde buscar ayuda, no teníamos cómo acoger directamente esas peticiones de atención. Entonces a mediados del año pasado decidimos armar una clínica virtual de atención en salud mental, para poder recibir a esos pacientes cobrando un monto bajo para que sea accesible.
En nuestra clínica no sólo damos la atención típica, sino que también recolectamos datos de salud mental antes, durante y después del tratamiento. Esto lo usamos para mejorar el tratamiento, dar información adicional a los terapeutas, y para investigación si el paciente y el terapeuta lo permiten. Para esto, Sebastián creó una plataforma personalizada a nuestro flujo de trabajo.
El tercer pilar que tenemos es la formación de profesionales de la salud mental, que tiene sus propios desafíos y funcionamiento.
Si bien las universidades entregan una muy buena formación en general, sentíamos que faltaban instancias para entrenar habilidades más prácticas. Entonces Candice empezó a desarrollar material con apoyo de la Universidad Católica para poder hacer una formación orientada a la práctica clínica. De ahí surgió el proyecto que llamamos HAP que es de Habilidades Aplicadas Prácticas, una de las ramas de nuestro pilar de formación.
En HAP generamos material gratuito sobre cómo hacer psicoterapia, que está disponible en nuestra página web hap.psiconecta.org. Ahí Candice trabajó con actores y actrices para que simularan pacientes, porque un desafío grande en la formación de psicoterapeutas es que, a diferencia de los médicos que pueden tener a un grupo grande de alumnos mirando una consulta, en psicoterapia no se puede meter a personas externas a la sesión. Entonces muchas veces los psicólogos terminan su formación y salen a atender sintiendo que no tienen mucha claridad de cómo se hace el trabajo clínico en la práctica.
Para abordar eso, generamos videos de sesiones de psicoterapia completas, con tres terapeutas y tres pacientes distintos, que en realidad son actores pero están simulando pacientes reales. Hay nueve sesiones completas disponibles. Después de eso preparamos pequeñas cápsulas, como minicursos, donde se abordan distintos temas y habilidades importantes para el trabajo clínico y los explica apoyándose en fragmentos de los videos de sesiones. Todo eso está abierto para el que quiera aprender.
También empezamos a diseñar algunos cursos más especializados para psicoterapeutas que sí son pagados, lo que nos permite generar algunos ingresos para sostener aquellos proyectos que tenemos como fundación que no se autofinancian, como el blog, el newsletter y las campañas de educación.
¿Cómo consiguieron sus primeros usuarios y qué han hecho para seguir creciendo?
Conseguimos nuestros primeros usuarios gracias al trabajo en conjunto con empresas que han sido muy generosas con nosotros. Por ejemplo, DIVE, una agencia de marketing, nos ha ayudado con nuestro blog y con campañas de medios. Con su apoyo, postulamos y nos ganamos un Google Ad Grants que nos da $10.000 dólares mensuales para llevar visitas a nuestra página web. Esto ha sido clave, ya que al principio no sabíamos como partir y ahora estamos en las 70 mil visitas mensuales.
🤔 Google Ad Grants es un programa de Google que ofrece hasta $10.000 USD mensuales en créditos publicitarios gratuitos a organizaciones sin fines de lucro, para ayudarlas a aumentar su visibilidad en las búsquedas de Google.
Gracias a las métricas que DIVE nos ha ayudado a analizar, hemos podido identificar qué materiales son más interesantes para el público y a dónde llega más gente. Nos dimos cuenta de que, aunque partimos pensando en Chile, ahora sólo el 25-30% de las visitas provienen de aquí, mientras que el resto viene de otros países de Latinoamérica y España.
También hemos trabajado con la Agencia de Creatividad Loca Santiago, que nos hizo la creatividad de la última campaña del metro. Ahora estamos trabajando con ellos en una campaña para captar socios, otra de nuestras fuentes de ingresos.
Hemos tenido la suerte de contar con gente que nos ha apoyado de forma pro bono y con voluntarios. Creemos que aunque la gente nos esté ayudando gratis, deben hacer un trabajo de calidad y cumplir con los plazos acordados, de lo contrario no nos sirve esa ayuda. Es cierto que entregan su tiempo y esfuerzo de forma gratuita, pero tienen la gratificación de ser parte de un proyecto donde están haciendo un tremendo aporte a la sociedad.
Mantener motivada a la gente que trabaja con nosotros es parte importante de nuestro trabajo. Creo que la motivación se mantiene cuando uno hace un trabajo excelente. Esto también es clave con nuestros terapeutas que atienden gratis. Les exigimos mucho y les damos cursos y certificados a cambio, pero tienen que ganárselos demostrando que su aporte fue realmente bueno y que cumplieron con sus compromisos.
¿Cómo afrontaron las áreas donde no eran expertos?
Hemos recibido mucha asesoría para enfrentar las áreas donde no éramos expertos. Familiares, amigos, todos nos han ayudado, especialmente ahora que estamos vendiendo servicios a empresas, algo que no conocíamos. Ha sido ir y presentar nuestro proyecto mil veces, recibir críticas y consejos.
Donde estamos más débiles es en negocios; nos falta una buena asesoría en ese tema. Pero hemos tenido asesoría legal, administrativa, en cómo vender y mostrar nuestro producto, y en todo lo de creatividad y marketing.
Lo que hemos hecho es golpear puertas y pedir ayuda. Cuando se puede conseguir gratis, genial, y si no, hay que pagarle a alguien. Es parte importante de tomar un proyecto propio: empoderarse, preguntar, tocar puertas, llamar, mandar WhatsApp. Si te dicen que no, vas al siguiente. Si te quedas pensando nomás, no llegas muy lejos.
Hemos sumado gente y hecho que se sientan parte del proyecto. A medida que entienden lo valioso de su aporte, están mucho más dispuestos a colaborar. Tengo a toda mi familia metida también, ayudando.
¿Necesitaron financiamiento para comenzar?
Nosotros tenemos una estructura muy liviana en cuanto a costos. Hemos tratado de no tener grandes gastos. Obviamente tenemos que pagarle el sueldo al director ejecutivo porque él está dedicado a esto a tiempo completo.
Hemos conseguido todos los descuentos posibles, como Google Workspace gratis, Google Grants y otros descuentos en diversas plataformas.
Teníamos bastante gasto en servidores y sistemas informáticos, pero hemos pedido descuentos, lo que nos ha ayudado mucho. Nos financiamos con lo que pagan los pacientes, la venta de servicios a empresas y la gente que nos compra cursos.
Además, tenemos otra fuente de ingreso con nuestra red de profesionales. Conocemos a muchos terapeutas excelentes y siempre hay demanda para sus horas. Así que invitamos a estos terapeutas a participar en nuestro proyecto y cada vez que derivamos un paciente a ellos, obtenemos un pequeño ingreso. Esto es genial porque ayudamos a los terapeutas a tener más pacientes y, al mismo tiempo, ganamos un margen pequeño que nos sirve de ingreso.
¿Cómo va el proyecto actualmente?
El proyecto ha sido un éxito, nos ha ido muy bien en general, aunque lo más difícil ha sido el tema del financiamiento. Lo que esperamos es que nos vaya bien con la campaña de socios para tener ese ingreso estable, además hemos estado hablando con otras fundaciones para entender cómo son su procesos de financiamiento.
Nuestro blog tiene alrededor de 70 mil visitas mensuales y nuestro newsletter tiene 10 mil inscritos. Ambos son gratuitos y es un costo para nosotros, pero es muy importante para nuestra misión. A la vez, nos trae flujo a nuestra página para los servicios que sí vendemos.
En redes sociales ha sido un poco más lento porque no hemos tenido fondos para invertir, entonces ha sido todo orgánico.
Las campañas en el metro han tenido buena acogida, aunque al principio fue difícil conseguir la colaboración. Ahora, el Instituto Milenio de Investigación en Depresión y Personalidad (MIDAP), donde soy investigadora, y la universidad también se suman a nuestros proyectos, así como CNN con quien colaboramos cada vez más.
En la clínica vamos bien, ya estamos en nuestro cuarto grupo de pasantes, cada uno con seis pasantes que atienden entre cinco y siete pacientes semanales. Actualmente, tenemos 12 terapeutas que atienden a muchos pacientes, aunque hemos hecho poca difusión para no saturarnos. Además, para esta última pasantía, recibimos 29 postulaciones para seis cupos, lo que nos permitió elegir a los mejores.
El material de formación que tenemos en la web también ha tenido muchas visitas desde Chile y otros países. Los cursos han sido muy bien recibidos. Antes los vendíamos sólo en vivo, pero ahora también vendemos los cursos ya realizados, lo que es una venta lenta pero sin costo adicional para nosotros. A veces los usamos como moneda de cambio con los voluntarios, les damos cursos a cambio de su trabajo.
En nuestra red de profesionales, cada vez más gente busca terapeutas en nuestra página, lo que nos permite atender una mayor variedad de tipos de pacientes, tanto online como presencial.
¿Qué desafío importante se encontraron en el camino y cómo lo solucionaron?
Uno de nuestros mayores desafíos ha sido el tema económico. No puedo decir que lo tenemos solucionado del todo, pero hemos ido probando distintas cosas, golpeando puertas y siendo creativos. Además, nos ha costado no abrumarnos con todo lo que hacemos, ya que la Candice y yo tenemos otras responsabilidades, y aunque Sebastián está dedicado a esto, es mucho trabajo. Él se encarga de todo, desde vender conmigo hasta resolver problemas técnicos con la página y el envío de cuestionarios.
A veces no estamos de acuerdo en las prioridades entre los tres, y tenemos estilos y formas de ser distintos. Pero nos ha ayudado mucho hablar abiertamente de todo lo que nos pasa a nivel personal. Decir cosas como "me siento sola en esta parte del proyecto" o "esta idea es buena, pero guardémosla para la siguiente etapa cuanto estemos con más tiempo". El poder hablar con honestidad y cariño ha sido muy importante para lidiar con eso, y cuando hay diferencias se pueden resolver de forma tranquila.
También tratamos, dentro de lo posible, de cuidar nuestra propia salud mental y ser coherentes con lo que enseñamos hacia afuera.
¿Qué le recomendarían a alguien que está partiendo su emprendimiento?
Nuestro consejo para alguien que está partiendo su emprendimiento es que se meta en algo que realmente le apasiona, que esté muy dispuesto a aprender y equivocarse.
Que pida mucha ayuda, muchos consejos y que si lo hace con otras personas, que sea un buen equipo o gente con la que en verdad te gusta estar, en la que puedes confiar, que crees que hace trabajo de calidad y que obviamente consideras que son honestos y éticos.
Para nosotros, lo más importante es que lo pasamos muy bien haciendo lo que hacemos. Realmente nos apasiona y creemos que tiene sentido. Porque en los momentos en que estás agotado, estresado, o que no te fue bien con algo, el sentir que lo que estás haciendo realmente tiene sentido, que te gusta y que es un aporte, es lo que finalmente te motiva a seguir y salir adelante.
¿Qué herramientas, servicios o software son indispensables para su día a día?
Todo lo manejamos con Google Drive, en carpetas compartidas con acceso según el rol de cada persona. Está todo ordenado ahí.
Antes usábamos Zoom, pero ahora nos cambiamos a Teams porque la universidad nos da esa herramienta gratis. Hacemos casi todo virtual, ya que parte de nuestro equipo está en Estados Unidos y otra persona vive en París. Incluso los que estamos en Santiago generalmente nos juntamos de forma virtual.
También usamos Trello para mantenernos organizados, saber quién está a cargo de cada tarea y los plazos. Y bueno, tenemos muchos grupos de WhatsApp según los sub-equipos que se arman para las distintas tareas.
Nuestro software de recolección de datos y fichas clínicas está desarrollado internamente por lo tanto no lo puedo recomendar, pero sí recomiendo que implementen algún tipo de solución para ordenar y tabular datos que les pueda servir en el futuro.
¿Recomendarían algún libro, perfil de redes sociales o sitio web que les haya ayudado a hacer crecer?
Un libro que me ha ayudado mucho es Hábitos Atómicos de James Clear, un best seller que está bastante de moda. Lo recomiendo porque creo que para mantenerse en un proyecto a largo plazo hay que ser bien metódico, tener buenos hábitos y poder retomar las cosas cuando a uno no le resulta, cuando se desmotiva. Ese libro ayuda mucho con eso.
Otra recomendación es la aplicación Calm, que es de meditación. Encuentro que ayuda a mantenerse bien, centrado y con autocompasión, que es súper importante. Cuando a uno no le resulta algo, poder mirar esa situación con curiosidad y tratándose bien a uno mismo, en vez de tratarse mal. Esa capacidad de mantener la tranquilidad se desarrolla mucho con la meditación y esta app es muy práctica, ayuda a ir internalizando esa voz amable y compasiva con uno mismo.